Distancia
y duración:
La distancia total, desde la guardería Conaf hasta
el Camino Internacional, es de 43,4 kms con más de
2.130 metros de subida acumulada. Lo usual es recorrerla en
3 días, pernoctando en las lagunas Azul y Avutardas;
el último día es suave con sólo 3-4 horas
en bajada. Es posible caminarla en 2 días, acampando
en Laguna Blanca.
Información más detallada para cada etapa más
abajo.
Exigencia
física:
Alta, tienes que llevar el equipo para varios días
y hay mucho desnivel.
Orientación:
El sendero es bastante transitado y bien marcado con estacas
de fierro, con buena visibilidad es fácil. Sin embargo,
por su gran altura –más de la mitad se encuentra
sobre los 1.600 metros- está muy expuesto al mal tiempo,
uno suele estar “en el centro de la nube” y a
veces no se puede ver ni 50 metros. Generalmente hay zonas
extensas con nieve hasta diciembre o enero, y son frecuentes
las nevazones en verano. Con unos pocos centímetros
de nieve caída y mala visibilidad es casi imposible
encontrar el rumbo correcto.
Mejor
época:
De enero a abril con cuidado y buen pronóstico de tiempo.
Hay partes bastante altas, Conaf prohibe circular por el sendero
con nieve y cierra el sendero desde fines de mayo hasta mediados
de diciembre. Luego de un invierno crudo puede que recién
se reabra en enero.
Equipo:
Debido a las zonas rocosas, zapatos firmes de trekking son
esenciales. Hay tramos de 2-3 horas sin agua. La carpa debe
ser firme para soportar fuertes vientos. Trae tu propia cocinilla
y no destruyas más el frágil bosque de Laguna
Azul.
Precio
entrada:
CONAF cobra $ 8.000 entrada por el uso de senderos y sitios
de acampar. |
1.
parte: Chinay – Laguna Azul (Sendero “Los Venados”):
Distancia
y duración:
Son 18,1 kms con un total de 1.450 m de subida acumulada.
Con carga se demora unas 6-8 horas.
Alturas:
Guardería Conaf Quetrupillán: 980 m
Cerro Los Pinos: 1.740 m
Junta Sendero Mocho: 1.440 m
Portezuelo: 1.920 m
Laguna Azul: 1.590 m
El
inicio del sendero está bien señalizado, se
encuentra unos 50 metros antes de la guardería CONAF.
Por una pasarela se atraviesa el estero Chinay y nos acercamos
a los cerros del otro lado. Después de unos 30 minutos
el sendero comienza a trepar la ladera en sostenidos zigzags.
Tómalo con calma, la subida es muy larga, son cerca
de 700 mts que hay que ganar. El bosque es mezclado, hay raulíes,
coigües, colihues y muchos notros que en primavera florecen
con su rojo fuego. Otros 15 minutos más tarde aparecen
las primeras araucarias. Pronto se abren las primeras vistas
hacia el valle de Palguín Alto, y al volcán
Villarrica y el valle Pichillancahue por el otro lado. Más
adelante llegamos a un letrero que indica que hay agua 20
metros más abajo; aunque el acceso no es fácil
conviene reabastecerse, ya que la siguiente posibilidad de
agua cristalina queda a varias horas de marcha.
A las 1½-2 horas de caminata se alcanza el límite
de bosque. Todavía crece coirón, el clásico
pasto de altura, pero cada vez menos. Ya en terreno más
desértico aflora un arroyito ínfimo, pero es
agua medio estancada. Luego el sendero se dirige hacia un
portezuelo, pero en vez de bajar hay que doblar a la derecha
y seguir subiendo; unas pircas y estacas confirman el rumbo.
A esta altura suele haber fuertes vientos que dificultan el
avance, sobre todo si sopla el llamado “Puelche”
que viene en contra desde Argentina. El sendero pasa por la
izquierda de la cumbre del Cerro los Pinos para luego seguir
por el filo de la Cordillera del Mocho, en continuo sube y
baja. Tramos de pedregales se turnan con manchones de lenga
achaparrada. Las vistas son grandiosas: Hacia el norte se
ven los volcanes Llaima, Tolhuaca y Lonquimay, en frente tenemos
el volcán Quetrupillán, y más lejos el
majestuoso Lanín.
A la izquierda se observa el valle del Estero Mocho, muy devastado
por incendios forestales. Por aquí hay una entrada
alternativa a través de loteo “Paraíso
Escondido” que evita la fuerte subida a la Cordillera
del Mocho y acorta la primera etapa en una a dos horas, pero
no ofrece las vistas y sensaciones del recorrido original.
Una media hora después de haber pasado el punto más
alto al lado del Cerro los Pinos, el sendero baja cada vez
más y entra a un tupido bosque. Finalmente llega a
la bifurcación donde se junta con el Sendero Estero
Mocho. Desde la guardería Conaf son entre 3 y 4 horas
de marcha hasta aquí.
Desde esta unión, el sendero vuelve a subir moderadamente
y alcanza el límite del bosque en media hora. Aquí
se cruza unos afluentes del estero Mocho, pero en temporada
seca están prácticamente sin agua. En unas guías
de viaje se recomienda acampar aquí, pero no nos parece
un buen lugar. Sin embargo, si quieres incluir la ascensión
al Quetrupillán como parte de la Travesía del
Villarrica, en este sector te encuentras más cerca
para iniciarla.
Después de salir del bosque comienza un largo tramo
de poca subida por los faldeos del Quetrupillán, virando
en un amplio giro en dirección sur. A la derecha queda
una extraña cúpula rocosa --restos de un antiguo
volcán. Luego de unos 20 minutos cruzamos un arroyo
de agua cristalina, y 15 minutos más tarde llegamos
a una junta de otros dos que forman el inicio del río
Llancahue que se dirige hacia Coñaripe. Inmediatamente
después hay una bifurcación: siguiendo derecho
está el Sendero Colonia Benavides que conecta con el
camino vehicular Palguín – Coñaripe cerca
de las Termas el Rincón. Puede servir de “salida
de emergencia” en caso de problemas por mal tiempo.
Junto a la bifurcación hay un terreno plano donde acampar
si no hay mucho viento.
El sendero principal toma aquí una dirección
sureste y vuelve a subir. Con buena visibilidad se distingue
desde lejos la ruta en los cerros y el paso que tendremos
que alcanzar. Después de otra hora de marcha y un ascenso
agotador se nota una depresión entre dos montañas,
todavía sin poder distinguir la Laguna Azul que se
encuentra en ella. El sendero se aleja y sube más,
aquí alcanzamos la mayor altura de todo el recorrido.
Ahora falta una larga bajada para llegar a la meta. Durante
el descenso se pueden distinguir varios cráteres volcánicos
y el flujo de la lava que formó el tapón que
originó la Laguna Azul (algunos mapas la llaman Laguna
Los Patos). Luego de otra hora de marcha, al final bajando
en zigzag, llegamos a la orilla, junto al desagüe. En
un pequeño bosque de lenga hay espacio para armar la
carpa. Si hay mucha gente y los mejores lugares están
tomados puedes cruzar el desagüe y caminar por un sendero
unos 5-10 minutos hasta que comienza bajar y se acerca a otro
arroyo. Por esta ruta es posible bajar hacia el valle de Liquiñe,
en pocos kilómetros se convierte en una pista transitable
para vehículos todoterreno. De este lado vienen muchos
chilenos a pescar o hacer picnic por el día a la Laguna
Azul.
Esta laguna con sus aguas de color azul profundo apretada
entre los acantilados de cerros casi desérticos es
una experiencia sobrecogedora. Lamentablemente su entorno
se ha deteriorado mucho en los últimos años.
El pequeño bosque se encuentra lleno de basura de todo
tipo, y visitantes sin conciencia ecológica cortan
sus ramas para sus fogatas.
2.
parte: Laguna Azul – Laguna Avutardas (Sendero “Las
Avutardas”):
Distancia
y duración:
Incluyendo el desvío a Laguna Blanca son 16,9 kms con
un total de 520 m de subida acumulada. Con carga se demora
unos 5-6½ horas.
Alturas:
Laguna Azul: 1.590 m
Primer portezuelo: 1.720 m
Laguna Blanca: 1.640 m
Portezuelo Frontera: 1.830 m
Laguna Avutarda: 1.450 m
Retoma la marcha por entre medio del cerro que usaste para
llegar y el flujo de lava que estancó la laguna. A
los pocos minutos el sendero cruza este campo de lava muy
erosionado, formado por grandes bloques de roca volcánica.
Luego de una corta subida hay que cruzar un segundo brazo
de la misma lengua de lava. A la izquierda, en el faldeo del
Quetrupillán, se ve el cráter parcialmente abierto
desde donde venía esta erupción.
A unos 40 a 50 minutos de caminata alcanzamos un portezuelo
y se abre una gran planicie de escorial ante nosotros. Sin
embargo, el sendero gira en dirección sureste bajando
suavemente hacia un ancho zanjón. Por el medio corre
un estero. Aunque sus aguas traen bastantes sedimentos servirían
para consumo dejándolas reposar un tiempo. Con cada
crecida se puede borrar el sendero, pero una hilera de estacas
indica el rumbo por el fondo del zanjón hacia la ladera
oriental donde ya se distingue una pequeña subida hacia
otro portezuelo. Desde arriba es posible ver la Laguna Blanca.
En la bajada hay una pequeña vertiente que logra crear
una franja de verdor compuesto por sorprendentes plantas en
medio de la aridez.
La Travesía del Villarrica pasa a medio kilómetro
de la Laguna Blanca. No hay ningún letrero indicador,
pero se nota un sendero que va hacia ella. Es un desvío
que vale la pena. El color lechoso de sus aguas, junto con
las formaciones de rocas oscuras en su orilla, crean un escenario
único. En lo alto se ve la ladera sur del Quetrupillán,
cubierta por extensos glaciares, mientras su lado oeste carece
de nieves eternas. Es posible acampar en la laguna Blanca.
No es un lugar ideal, pero caminantes que quieren recorrer
la excursión en sólo dos días suelen
pernoctar aquí.
Desde Laguna Blanca el sendero se dirige al sur, bordeando
el cauce seco de una larga quebrada. A la derecha hay un cono
volcánico de fuerte color rojizo. Todo el suelo está
cubierto por sedimentos de antiguas erupciones. En los cerros
vecinos se ven franjas de rocas, vestigios de antiguas calderas
volcánicas. Luego de media hora viramos hacia el este
y comenzamos a trepar la ladera, pasando por la derecha de
una lengua de lava solidificada. Una vez arriba te das cuenta
que has escalado el borde de un gran cráter. Al fondo
se ve el Quetrupillán y, por última vez, la
Laguna Blanca. En esta parte también desemboca otro
sendero que viene desde Rinconada, pero es poco transitado
y no muy notorio.
Seguimos caminando a bastante altura por el faldeo de un cordón
montañoso dirigiéndonos hacia el sur-suroeste.
Se observan los valles superiores de Liquiñe, cubiertos
con densos bosques, y el volcán Mocho-Choshuenco al
fondo. Luego el sendero gira hacia el este y entramos a territorio
Argentino por unos 2 kilómetros (ten cuidado que algunos
mapas no muestran aquí el recorrido de forma correcta).
En este tramo de suave bajada se cruza dos arroyos de agua
cristalina, la mejor de todo el segundo día, antes
de volver a trepar otra ladera para llegar al siguiente portezuelo
y entrar nuevamente a Chile. Se abre un panorama fantástico
hacia el volcán Lanín y los cerros Peinetas
y Quinquilil y todo el valle del río Puesco. A nuestros
pies se ve una planicie cubierta de pastos salpicados con
pozas de agua estancada. El sendero la bordea por su izquierda
dirigiéndose al norte hasta acercarse a un barranco.
A través de grandes piedras sueltas baja a otra planicie
pantanosa para cruzarla en dirección sureste. Bosques
de lenga achaparrada crecen en forma aislada en las áreas
más secas. Pasamos varios arroyos que desaguan la planicie
y dan inicio al río Puesco. Luego la caminata sigue
por una loma agreste que separa dos valles. Desde aquí
se puede distinguir la Laguna Avutarda en el fondo. Pronto
entramos al bosque y el descenso se hace más rápido.
Media hora después el sendero sale del bosque y cruza
otra zona de mallines que se extiende hasta la orilla de la
laguna. Para terminar esta segunda etapa hay que volver a
entrar al bosque y bordear la laguna por todo su lado norte.
A través del follaje se distingue una playa de arena
en su parte este. Para acceder a ella hay que seguir el sendero
hasta un claro cubierto de pasto donde restos de fogatas indican
el área para acampar. A través de los arbustos
se llega hasta la misma laguna, donde también hay que
conseguir el agua. Lamentablemente, este lugar también
se encuentra con mucha basura.
La Laguna Avutardas (en algunos mapas es mencionada como “Laguna
los Patos”) está rodeada por cerros en tres de
sus lados. Tiene mucha vegetación hasta la orilla,
salvo el lado del mallín por donde desagua. Su nombre
es un vocablo local para dos especies de la familia de gansos
–Caiquén y Canquén- que suelen anidar
en este humedal.
3.
parte: Laguna Avutarda – Puesco:
Distancia
y duración:
Hasta el final del sendero en el Camino Internacional son
8,4 kms con un total de 170 m de subida y 660 m de descenso
acumulados. Con carga se demora unos 2½-3 horas.
Hasta la guardería CONAF Puesco son otros 3,4 kms con
370 m de descenso, alrededor de 1 hora de marcha.
Alturas:
Laguna Avutarda: 1.450 m
Punto más alto: 1.480 m
Llegada Camino Internacional: 1.000 m
Guardería CONAF Puesco: 730 m
Desde el claro en la Laguna Avutarda el sendero entra al bosque
dominado por lengas, ahora no creciendo como arbustos, sino
como impresionantes árboles. Pronto se les asocian
coigües, canelillos y la quila, entre otras especies.
Unos 20 minutos después de partir el sendero cruza
un estero de agua cristalina, de mejor calidad que la de la
misma laguna. Luego de un pequeño ascenso alcanzamos
una llanura pantanosa. Primero la bordea por la izquierda,
después el sendero la atraviesa y vuelve a meterse
entre los árboles del otro lado del valle. Ahora viene
una parte bastante plana por un precioso bosque, llaman la
atención los extensos manchones de alstromerias y la
gran cantidad de añosos troncos caídos. En este
sector suele haber pájaros carpinteros cuyo martilleo
se escucha desde lejos.
Luego de otra corta subida llegamos a un claro en el faldeo
del cerro y se ve el fondo del valle del río Puesco
hasta donde habrá que bajar. El descenso es rápido
y empinado, partes con bosques se alternan con claros cubiertos
de pastos. Restos de trancas muestran que antiguamente se
aprovechaban estas tierras. Media hora después, en
una zona con ñirres, el sendero desemboca en una huella
para vehículos todo terreno. Hay un gran cartel que
indica que desde aquí parte el sendero al volcán
Quilquilil, más conocido come el Colmillo del Diablo.
La Travesía del Villarrica, sin embargo, sigue hacia
el este por esta huella, manteniendo una cota entre los 1.000
y 1.050 metros durante unos 40 minutos hasta llegar al Camino
Internacional del paso Mamuil Malal o Tromen.
Aquí se puede tratar de hacer dedo o bajar otros 3,4
kms hasta Puesco donde se encuentra la guardería CONAF
de este sector. Detrás de la casa, junto al río,
es posible acampar para esperar los buses que pasan temprano
el otro día.
Si tu meta es recorrer la Travesía del Villarrica hasta
el final, tienes que tomar el Camino Internacional hacia al
sur hasta el puente Momolluco, por unos 2,2 kms, donde comienza
el Sendero Momolluco que junto con su prolongación
Sendero Lagos Andinos te dará dos días más
de aventura.
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